
¿Puede existir solución tan desesperada?
Penny Lane Bloom ha decido renunciar a los chicos para lo que le queda de vida, o al menos, de curso. Con el corazón roto, y la música de los Beatles de fondo, ella creará el Club de los Corazones Solitarios, donde la regla número uno es: NADA DE CHICOS. Se acabaron las relaciones sin sentido, los ánimos por los suelos y los corazones rotos. En menos tiempo del esperado, El Club de los Corazones Solitarios de Penny Lane se habrá llenado de socias dispuestas a arriesgarse. Pero ¿quién habría esperado que esa decisión, al principio tan simple e inocente, acabaría en aquella inesperada situación?
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