En la Ardiente Oscuridad, Antonio Buero Vallejo.

Un grupo de jóvenes ciegos viven juntos en un internado especializado en personas invidentes. Todos aceptan que no pueden ver ni experimentar la vida como los demás, pero no se consideran superiores ni inferiores por ello. Sin embargo, la llegada de un nuevo compañero al instituto hará que todo se altere un poco.
Y acabará de una forma trágica inesperada.



VALORACIÓN PERSONAL. 

En la Ardiente Oscuridad es una obra teatral muy fácil de leer, pero que sin embargo, resulta muy interesante y llevadera.
Antonio Buero Vallejo ha conseguido que con esta obra aprecie mucho más la vista y lo que me puede regalar cada día.

Ignacio es un joven ciego de nacimiento que jamás ha podido vivir como una persona normal. Nunca ha conocido a gente como él, que le entienda y sepa vivir con un sentido menos, nunca ha conocido el amor ni se ha sentido querido. Todo eso ha hecho que su personalidad se enfríe y endurezca.

Su llegada al internado conmociona a todos sus compañeros. Al principio intentan animarle de todas las maneras posibles y le intentan demostrar que su discapacidad no le impide vivir como uno más.
Pero Ignacio es terco, y no acepta que las personas que tienen la misma discapacidad que él, sean felices.

Se tocan sentimientos muy variados. El amor, los celos, el odio y la tristeza son la base de esta obra, al igual que las ganas de vivir superando todos los obstáculos que se presenten.

Don Pablo es el director del internado. Es ciego y está casado con una vidente, Juanita, que ayuda en la administración del instituto. En una parte de la obra se cuestiona este matrimonio y se habla de que jamás se podría amar sin ver a la otra persona. También hay varias parejas entre los chicos, y la llegada de Ignacio, hace que algunas de ellas se desequilibren y pierdan fuerza.

El final y su suspense, es sin duda la guinda de la obra.
No sabes qué ha pasado exactamente, quien es el culpable o las razones del suceso.
Tan solo una palabra cambia un suicidio, a un asesinato.